Escritora venezolana

Indira Páez:

Y…El arte de escribir para divertir

En estos tres últimos años, la escena teatral de la ciudad de Miami ha experimentado un toque de innovación, renovación, frescor, elementos que sin duda han cambiado la manera de concebir y hacer teatro aquí en el Sur de la Florida. Precisamente una de las escritoras que ha contribuido a esta evolución, es la dramaturga venezolana Indira Páez, autora de las piezas Crónicas desquiciadas, Mujeres de par en par y la reciente estrenada puesta en escena Amanecí como con ganas de morirme. En cada uno de sus montajes Páez hace honor a su talento en cuanto al manejo del humor negro y la ironía, elementos que han hecho de sus historias obras con las cuales el público se ha identificado casi de manera inmediata disfrutándolas a punta de carcajadas. Precisamente para que nos cuente un poquito sobre su labor como tal, Miami en escena fue en su busca de Indira talento hispano y orgullo venezolano. Allí va

-Antes de concebir una obra teatral ¿Qué elementos pone de manifiesto?
La verdad es que escribo casi con un absoluto automatismo, sin premeditación ni alevosía. ¡Nunca planifico mucho! Una idea me asalta, me persigue la saco de mi cabeza y la entrego al papel.

-En su dramaturgia Indira Páez juega con la coyuntura actual y obviamente con todo lo que la rodea. ¿Se considera totalmente vanguardista?
¡No, para nada! No me coloco ninguna etiqueta. Ni siquiera la del precio o la de los ingredientes que contengo. Pobrecito mi marido. Debe ser complicadísimo entender a una mujer que viene sin instrucciones.

-Una constante en sus historias es poner en el tapete el universo femenino ¿Por qué?
El universo femenino es el que conozco, en el cual vivo, el que me habita. Me encantaría poder tener el talento, la habilidad para hablar de otras cosas. Me gustaría poder inventar historias fabulosas, extraordinarias. Pero no sé cómo hacerlo. No se me ocurren, no vienen a mí, ni siquiera en sueños.

- Hablemos del humor, del humor negro como elemento predominante en sus historias ¿Por qué esa visión socarrona del entorno que nos rodea, de las cosas de los seres?
Es el lenguaje que se habla en mi familia. Mi mamá, mi papá, mis hermanos, manejamos el sarcasmo como idioma. La ironía es casi nuestra religión, nos burlamos de nosotros por lo menos tres veces al día, después de cada comida. Así crecí, así me educaron, como para no tomarme demasiado en serio a mí misma.

-¿Que hay detrás de ese tono humorístico/irónico de sus obras teatrales?
Supongo que una evasión, un pasarle de lado al conflicto. Un tratamiento tangencial de lo esencial, así, sin querer evitarlo.


-¿Qué quiso decir con Crónicas desquiciadas?
Vuelvo a la falta de premeditación. Pero digamos que con “Crónicas…” comenzó mi exploración del desparpajo, tanto en los personajes como en la estructura dramática.

-¿Con Mujeres de Par en Par?
Es mi primer montaje intencional e intencionadamente feminista. ¡Un grito, un llamado de atención!

-Amanecí como con ganas de morirme ¿Es una invitación a asumir la muerte como un hecho cotidiano sin dolor? ¿Cómo un acto natural como el nacimiento?
¡Absolutamente! Y eso también se lo debo a mi mamá. Esa desacralización de la muerte, de las cosas “solemnes” de la vida, y que forman –o deberían formar- parte de nuestra cotidianidad más cercana, con el café con leche, el pan con mantequilla, el autobús al trabajo… ¡Se nace, se vive, se bebe, se muere, se estornuda… así! ¿No?.

- Sabemos que participo en los textos de la serie Gabriel ¿Qué opina de la critica de un sector de la prensa que adujeron que la historia dejaba que desear?
Trabajar como co escritora de “Gabriel, amor inmortal”, creada por Agustín y Raúl Alarcón, fue una experiencia muy intensa, un aprendizaje definitivo. Nunca había participado en un proyecto de tales características en cuanto a tema, género, manera de hacer, riesgo. Así que agradezco muchísimo la oportunidad y la fe. En cuanto al resultado, pues es lógico que existan opiniones encontradas, críticas adversas, expresiones a favor y en contra. Todo acto público genera ideas, comentarios, y no siempre serán favorables. Eso hay que asumirlo y aceptarlo desde el mismo instante en el que uno decide tomarse el arte como modo de vida. Respeto todas las opiniones, las críticas y los comentarios, esté o no de acuerdo con ellas, y sean o no halagadoras. De todos saco alguna lección.

-¿Miami en una ciudad que motiva a crear historias así irónicas, socarronas, divertidas?
Por una parte sí… esa diversidad, esa emulsión explosiva y vibrante que se vive en cada esquina, de razas yuxtapuestas, sin mezcla, sin reacción… es interesante y puede resultar hasta divertida. No lo sé aún. Todavía estoy tratando de absorber, captar, entender la esencia de esta ciudad.

- ¿En que género fluyen mejor sus historias en teatro o en televisión?
¡Definitivamente en teatro! Las tablas te dan una libertad, una falta de límites, una inmediatez en la respuesta del público, que a mí me resultan deliciosas y retadoras. La televisión exige una astucia particular. Un manejo del pulso de las masas que a veces se me antoja subyugante.



-Ha pensado escribir la versión masculina de Mujeres de Par en Par algo como Hombres de Par en Par…
¡Me encantaría! Pero no soy muy ocurrente ni se me da fácil el ponerme en la piel de los hombres. Definitivamente, es un reto.

-¿Qué opina de la critica teatral?
¡Me encanta! Siento que nos da permanencia, que nos hace eternos. El teatro es un arte efímero. Lo único que queda en el tiempo es la dramaturgia. Pero un texto dramático no es teatro. El hecho teatral, ese milagro, esa alquimia que se genera en la escena cuando se juntan un texto, un director, unos actores y un público, es algo que apenas dura un instante. Así que la crítica convierte ese instante en infinito, es una impresión que, como una fotografía del mar, enmarca algo que es absolutamente movible. Valoro muchísimo que alguien se tome el tiempo de escribir sobre el quehacer escénico ajeno, y creo que los críticos son los verdaderos redactores de esta historia tan cortita de exposición.

-¿Le afecta si el crítico no es positivo con lo que escribe sobre sus puestas en escena?
¡Por supuesto! Toda opinión me afecta. Favorable o no. Yo escribo para la gente, así que valoro, respeto, busco, procuro la opinión de la gente. Y constantemente me reviso, me cuestiono, tomo nota de los errores señalados. Analizo mis textos, hago estudios de mi dramaturgia con frecuencia, y especialmente ante una crítica adversa. Pero soy yo mi principal y más dura crítica. Conozco muy bien mis debilidades y limitaciones como dramaturga.

-Usted es conciente que esta revolucionando el teatro de Miami. Particularmente su dramaturgia es más fresca y esta rotundamente lejos del clasismo encartonado, desforzado del teatro clásico…
¡Imagínate! Me has dejado sin palabras. Te agradezco ese comentario tan generoso, tan halagador, y humildemente, creo que inmerecido. Digo, porque sé que en esta ciudad no sólo hay creadores maravillosos, tenaces, constantes, sino además un público ávido, multicolor y agradecido. Yo por mi parte estoy explorando… tengo un año acá, todavía me siento como una astronauta en fase investigativa… inquieta, eso sí, con ganas de hacer, hacer, hacer… hacer es lo único que me salva de la nostalgia, de la añoranza típica del inmigrante… hacer es lo único que me conecta con un instante que se parece a la felicidad.


- Su trabajo como dramaturga además de ser una alternativa en la escena contemporánea de Miami le ha dado al talento hispanos de distinta nacionalidad la posibilidad de incorporarse en ella ¿Le agrada trabajar con talentos de diversas nacionalidad?
¡Por supuesto! ¡Me encanta! Esa diversidad es lo que más me atrae de Miami. Lo que más me enamora de esta nueva geografía que escogí para criar a mis hijos. Conocer gente de distintas latitudes ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida.

- Además de escribir dirige ¿En un futuro asumirá los dos roles?
¡No, no creo! Soy una pésima directora. Uno tiene que reconocer con humildad sus limitaciones y dejar que los que saben, asuman la batuta.

- ¿Es Miami una ciudad que tiene cultura teatral?
He observado una oferta variada. Hay diversidad de aproximaciones, sobre todo en los distintos condados. He visto piezas clásicas, cabarets, musicales de Broadway, comedias ligeras, espectáculos de ruptura… en fin. Hay variedad y es interesantísimo. Pero me faltan años de observación para hacer un análisis más amplio del hecho cultural en la ciudad. Todavía me siento recién llegada.

- ¿Que es el teatro para usted?
Al lado de mis hijos en el corazón, el sentido de la vida.

-¿Qué significado tiene para Ud. escribir historias?
Es una necesidad casi enfermiza de expresarme, de comunicarme, desahogarme, exorcizarme.

- ¿Qué dramaturgo admira?
Muchísimos. De Venezuela, a quienes fueron mis mastros, mis influencias: Xiomara Moreno, José Simón Escalona, Isaac Chocrón, Mónica Montañés, César Sierra, Elio Palencia, Gustavo Ott, Jhonny Gavlovsky, José Ignacio Cabrujas, Marco Purroy, Romano Rodríguez… Fuera de Venezuela, los obvios, los clásicos, los universales: Shakespeare, Chejov, Ibsen, Strindberg… De aquí, soy fanática de O’Neill, de Williams, de Sheperd, Albee, Mamet, Hellman. Me encantan el realismo y el neoralismo norteamericanos. También me gustan Galcerán, Bebel, Yasmina Reza, Tony Kushner, Eric Roth… podría pasar toda la vida nombrando gente… soy compulsiva con la lectura, especialmente con la lectura de teatro.

- ¿Qué director? ¿Qué actriz? ¿Qué actor?
Admiro a tantos. Es muy difícil escoger a uno sólo en cada rubro… Sí, definitivamente los admiro a todos. A todos los colegas dramaturgos, a los directores, productores, a los actores… A todos los que trabajamos en esto de recrear mundos dentro del mundo. Jugamos a ser personajes en una suerte de “Matrix” escénica. Admiro a todos los que tienen la terquedad de creer, la fuerza de seguir adelante contra todo pronóstico de superar obstáculos, de domesticar el ego y permanecer, amarrándose el estómago y el narcisismo, conviviendo con el éxito y el fracaso, para arrancar del público una lágrima o una sonrisa. Eso es como hacer milagros.

- Cuéntenos un poquito de sus planes inmediatos
Pues seguir escribiendo, montando, inventando, creando, criando y creyendo. Sí quiero hacer algo para hombres. Y “Mujeres de par en par” se va de gira. En Venezuela la estrenaremos en julio próximo. Y acá en Miami no descansamos… estamos conspirando, planificando el resto del año. Amanezco todos los días con ganas de hacer, junto a mis amigos creadores, a mi marido el cantautor Frank Quintero que me apoya en todo lo que hago, a Beatriz Urgelles que me ha abierto las puertas de la escena local, a Juan David Ferrer que le ha dado carne a mis textos, a Manuel Mendoza que ha sido mi compañero de tantas aventuras teatrales, y a tantos que ahora se suman a mi lista de cómplices: Lili Rentería y su Teatro Abanico, la gente de KimbaraCumbara, Marisol Calero, Laura Ferretti, Laura Termini, Franklin Virgüez, Eduardo Ortiz, Mirta Renée, Marisol Correa, Vivian Ruiz, Ariel Texidó, Adrián Más, Jorge Hernández, Fernanda Urgelles, Angélica Celaya, Lola Mármol, José Chipre, Danny Jacomino, Eddie Urrutia, Luis Soler, Alejandro Rentería, Elvira Valdés, Mabel Roch, Víctor Hugo Colmenares, Miguel Ferro, Raúl González, Javier Ollarves … personas vinculadas a los medios como El Venezolano, Unión Radio, Radio Caracol. Asimismo los críticos de diario El Herald, la gente de SBS, Agustín, Megafilms, María Elvira Salazar, Soraya Alcalá, Lourdes del Río, Eli Pausini, Marialecia Izturriaga, Ely Bravo, Lourdes Ubieta, Gilberto Reyes, Ibetti Pérez… los colegas como Sandra y Ernesto García, Cesar Mite, Havanafama, los fotógrafos Asela Torres, Cutiño… en fin, es una larga lista de ángeles y duendes que me han ayudado a no parar y tal vez se me escape alguno que ojalá me perdone por el descuido. Tengo mucho que agradecer… y por supuesto a ti, Rosana que has sido un apoyo incondicional desde mucho antes que yo soñara con mudarme a Miami.

Para conocer más sobre Indira Páez visitar:

http://www.indirapaez.com/